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Construyendo sonrisas: nuestra experiencia con The Pink Force y los R2-KT

El viernes 12 de septiembre vivimos algo que jamás olvidaremos. Por la tarde, la fundación The Pink Force abrió sus puertas a Agile Spain para invitarnos a participar en una experiencia única: la construcción de dos mini R2-KT, unos pequeños robots llenos de magia y de propósito que pronto serán entregados a dos niños con cáncer.

Desde el primer momento teníamos claro que el objetivo era sencillo y a la vez enorme: hacer feliz a un niño en una situación muy difícil. Todo nuestro pensamiento, cada gesto y cada tornillo apretado, estuvo guiado por esa idea. Y, sinceramente, pocas veces hemos sentido tanto sentido en lo que hacemos.

Una tarde de risas, emoción e ilusión

La construcción del robot fue increíble. Éramos como un equipo de cine: cada persona con un rol, con una herramienta, con una sonrisa. Hubo risas, hubo complicidad y, sobre todo, hubo ilusión. La sala se llenó de energía, de esa vibración que solo aparece cuando las personas se unen para algo más grande que ellas mismas.

El momento cumbre llegó cuando vimos al robot funcionar, moverse y “andar”. Fue imposible contener los aplausos. La emoción se desbordó porque en ese instante comprendimos que no estábamos construyendo simplemente un juguete tecnológico: estábamos construyendo esperanza.

Pensar en esos niños, en la cara que pondrán al ver un robot hecho con cariño, nos conmovió profundamente. Nos llenó el corazón y el alma.

Si quieres ver fotos, visita nuestro álbum aquí

El ejemplo de Andoni y Domingo

No podemos hablar de esta experiencia sin mencionar a Andoni, el fundador de The Pink Force. Pese a haber tenido una semana dura, estuvo a pie de cañón. No se separó de nosotros en ningún momento, ayudando, explicando y asegurándose de que todo saliera perfecto. Su entrega es un reflejo claro de lo que significa el voluntariado: dar incluso cuando las fuerzas escasean.

A su lado estaba Domingo Gaitero, que además de ayudar en la construcción nos regaló un tesoro: la historia de R2-KT.

La historia que lo cambió todo: Katy y R2-KT

Domingo nos llevó de viaje a 2004, a Estados Unidos. Allí conocimos a Katy, una niña de solo 9 años a la que diagnosticaron un cáncer incurable. En medio de esa situación tan dura, Katy encontró refugio en las películas de Star Wars. Y más aún, en su padre, que se vestía con su traje de stormtrooper para alegrarle los días en el hospital.

Ese gesto se convirtió en algo mayor: cada vez que salía de la habitación de Katy, otros niños también querían verlo. Así nació un movimiento de esperanza para todos esos pequeños que luchaban contra la enfermedad.

De todas las películas, la que más marcó a Katy fue El Ataque de los Clones. Le llamó la atención cómo R2-D2 cuidaba de Padmé, y un día le dijo a su padre:
—“Me encantaría tener un robot que me cuidara a mí también”.

Su padre, con ayuda de amigos, construyó una primera versión en cartón de R2. Cuando Katy lo vio, no pudo evitar sonreír y añadir un detalle:
—“Mi color favorito es el rosa”.

Dicho y hecho. Pintaron el robot de rosa. Y aunque algunos pensaban que era demasiado “cutre” tenerlo en cartón, la idea no se detuvo allí. El grupo decidió contactar con personas que habían trabajado en las películas y lograron algo extraordinario: construir una unidad R2 funcional de color rosa para Katy.

En 2005, Katy falleció. Pero su espíritu y su sueño no murieron. Aquel robot rosa se transformó en un símbolo. Un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza, la magia y el amor. El mítico R2-D2 fue rebautizado como R2-KT, en honor a Katy.

Desde entonces, R2-KT representa la lucha contra el cáncer infantil y la fuerza de la comunidad que se une por una causa justa.

Nuestro primer robot solidario

Para Agile Spain, esta fue la primera vez que construimos un robot solidario, en realidad dos. Y podemos decirlo con orgullo: la experiencia es envidiable. No por la técnica, ni por el resultado físico del robot, sino por lo que significó para nosotros como personas.

Ver cómo un pequeño gesto puede transformarse en un rayo de esperanza es un recordatorio poderoso. En agilidad hablamos mucho de equipos, de propósito, de crear valor. Pero pocas veces ese valor es tan tangible y tan humano como lo fue en esta ocasión.

Gracias de corazón

Desde Agile Spain queremos dar las gracias de corazón a The Pink Force por habernos acogido, enseñado y contagiado de su misión. Su labor solidaria es inmensa. Y, como nosotras, todo se hace de forma voluntaria. Eso significa que no siempre es fácil, que a veces es duro, pero que tiene un valor incalculable. Así que desde Agile Spain os animamos a colabborar con ellos, puedes hacerlo desde aquí.

Salir de aquella sala el viernes no fue simplemente salir de un taller: fue salir más ligeros, más conscientes y más agradecidos.

Porque al final, la verdadera magia de este tipo de experiencias no está en los robots que construimos, sino en las sonrisas que provocan.

📌 En Agile Spain creemos en la comunidad, en el voluntariado y en el poder de unir fuerzas para transformar realidades. Por eso, apoyar a iniciativas como The Pink Force es también apoyar la esperanza.

Y no queremos terminar sin dar las gracias a todas las personas socias de Agile Spain que nos acompañaron en esta experiencia tan especial, así como a Paradigma por cedernos generosamente el espacio que hizo posible este encuentro.

En Agile Spain trabajamos constantemente para y por la comunidad, y eso incluye a nuestras personas socias y también a nuestros partners, que hacen posible que vivamos momentos tan significativos como este.

#FundaciónThepinkforce

#Thepinkfactory

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